Dietoterapia



Mientras que la dietética es la disciplina que relaciona los alimentos con las necesidades nutricionales, la dietoterapia se define como la adaptación de los alimentos a las distintas alteraciones metabólicas y/o digestivas producidas por una enfermedad. La dietoterapia se realiza a través del uso equilibrado y metódico de los alimentos mediante dietas terapéuticas que, según Arieh Goldberg, experto en nutrición y desórdenes alimenticios, son aquellas que se necesitan para el tratamiento de determinadas enfermedades y que sirven para curarlas o compensarlas, a veces, como único tratamiento o bien de manera combinada con otras medidas terapéuticas. Una dieta no debe ser perjudicial, las modificaciones en los hábitos deben de ser prudentes y la prescripción de la dieta terapéutica debe ser positiva.

Para la nutrióloga chilena Vivien Gattás, cada enfermo requiere un régimen prescrito individualmente que considere las alteraciones causadas por la enfermedad, a la vez que tenga en cuenta las características fisiológicas del paciente. Por ello, la dietoterapia tiene como finalidad la curación del organismo enfermo y no sólo de una enfermedad determinada. Para formular el régimen a seguir por el paciente, es necesario conocer el valor nutritivo de los alimentos, su composición química, la acción de los alimentos sobre la función de los distintos órganos y las transformaciones a que deben ser sometidos para que, ya como preparaciones, se comporten adecuadamente en el enfermo.


Según la doctora Elida Sánchez Rodríguez, del Colegio Mexicano de Bariatría, entre las numerosas ventajas de esta terapia destaca la facilidad para encontrar los remedios que, de hecho, podemos guardar en la alacena sin riesgo de intoxicación. Es muy importante tomar en cuenta el valor nutricional y terapéutico de todos los alimentos que, si se combinan adecuadamente, siempre surtirán efecto. En realidad, acota la especialista, existen infinidad de alimentos con poderes curativos, por ejemplo, el apio, que es tónico y diurético, y se recomienda para fatiga nerviosa, o desintoxicación de riñones, hígado y vejiga; el aji, que es estimulante y digestivo gracias a la capsisina, una sustancia que ayuda a contraer la vesícula biliar y activar la evacuación de la bilis; o el ajo, apreciado por ser antirreumático, vasodilatador y que disminuye la presión sanguínea.

Volver a Terapias

No hay comentarios:

Publicar un comentario